El deseo de interpretar un papel hace que muchos artistas varíen con su peso de manera habitual. Aquí les presentamos algunas de las transformaciones más fuertes para el séptimo arte.
Jared Leto engordó 30 kilos para asumir el papel del asesino de John Lennon, el fofo Mark David Chapman.
El rapero Curtis “50 Cent” Jackson III perdió unos sorprendentes 25 kilos para su papel como un jugador de fútbol diagnosticado con cáncer en la película del 2011 Things Fall Apart.
Para representar de forma creible al náufrago Chuck Noland, Tom Hanks rebajó más de 20 kilos. Anteriormente, Hanks había perdido 13 para su papel ganador de un Oscar como el enfermo de SIDA Andrew Beckett, en la película de 1993 Filadelfia.
La actriz Renée Zellweger engordó 13 kilos las dos veces que interpretó a la mala suerte en el amor Bridget Jones.
En 2012, la estrella de Lost Matthew Fox cayó 20 kilos para transformarse en el asesino en serie Picasso para la película Alex Cross.
El actor Matthew McConaughey bajó 30 kilos para interpretar al VIH-positivo Ron Woodroof al lado de Jared Leto para el drama del 2013 The Dallas Buyer’s Club.
Colin Farrell perdió 20 kilos para su papel como el reportero gráfico Mark Walsh en el drama del 2009, Triage.
Cuando se trata de cambiar de forma, no hay nadie más extremo que el actor británico Christian Bale. Su más dramático cambio de peso fue probablemente su transformación en el esquelético Trevor Reznik en el thriller psicológico del 2004, The Machinist.
Charlize Theron subió 15 kilos para protagonizar como prostituta en Monster, actuación que la llevó a ganar el Oscar.
Love, lore
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